04 agosto 2013

FITO-AROMATERAPIA

PLANTAS PARA EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD 
       Hans Seyle – quien acuñó el término “estrés” en los años treinta, afirmó de él que es “el factor que acelera el ritmo de envejecimiento a través del desgaste de la vida diaria”.
      En realidad, el estrés consiste en la respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda subjetivamente excesiva que se le haga. Es el deterioro que se sufre como consecuencia de las experiencias que le ocurren y que procede de la respuesta del organismo frente a ellas y no de éstas en sí.
      A los acontecimientos que provocan estrés los denominaremos “agentes de estrés”.
      Los agentes de estrés son diferentes para cada persona pero siempre son aquellos que exceden la capacidad del individuo para afrontarlos. Cuanto menos sensible en este aspecto sea una persona, mejor podrá responder y mantener el control... Con ello, experimentará menos estrés, cualesquiera que sean las exigencias a las que deba enfrentarse.
       Cuando una persona se enfrenta a una situación estresante acaecen tres cosas: El suceso en sí - Su percepción del acontecimiento - La reacción de su organismo a esta percepción.
       Aunque no es probable que el sujeto controle el suceso, sí tiene control sobre lo que percibe. Cuando el hecho excede su capacidad de encaje, el organismo reacciona automáticamente y se prepara para resistir o para huir... Y es esta reacción lo que produce el daño.
       El comienzo de la reacción tiene lugar cuando el sistema nervioso simpático (sistema nervioso autónomo) se activa por acción del hipotálamo, una pequeña parte del cerebro que controla las emociones y los procesos inconscientes como la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca, la respiración, el equilibrio de líquidos y la presión arterial.
Segrega una hormona llamada FLC (factor liberador de corticotropina), generándose una  serie de reacciones en cadena: se activa la glándula pituitaria que a su vez segrega ACT (adrenocorticotropina), que induce en las glándulas suprarrenales la secreción de cortisol y otras hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina. Estas hormonas y neuropéptidos deprimen el sistema inmunológico.
       El hipotálamo provoca también la liberación de endorfinas-beta, los analgésicos naturales del organismo para permitirnos resistir la tensión, el dolor y el malestar físico. Su efecto es ponernos alerta.
       Las pupilas se dilatan para dejar entrar más luz y el vello corporal se eriza para hacernos más sensibles al tacto. La sangre fluye hacia los músculos estriados y se retira del sistema digestivo. Esto ocurre tanto si existe un peligro real como si no ya que si nuestra mente cree que es real nuestro cuerpo también.
       Si verdaderamente existe un peligro, la reacción resulta muy útil, estamos más despiertos, en estado de alerta, pudiendo rebasar nuestros límites normales.
       El problema reside en que para algunas personas ese estado de excitación se ha convertido en normal. Se han hecho adictas al estrés y lo necesitan en un grado cada vez mayor para mantener la misma sensación.
El estrés actúa como una droga, pero sus inconvenientes son que eleva la presión arterial, incrementa el ritmo cardíaco, perturba la digestión y deprime el sistema inmunológico perjudicando también el razonamiento ya que la sangre se retira de los centros racionales del cerebro para acudir hacia los músculos. Por todo ello, es evidente que el estrés crónico es perjudicial.
       Tras la reacción de estrés el cuerpo necesita tiempo para recuperarse, para reponer el suministro de hormonas y neurotransmisores...
De lo contrario, se puede llegar al agotamiento y las consecuencias pueden ser graves.
       Dado que es prácticamente imposible evitar los sucesos problemáticos, a lo que debemos enfrentarnos es a los efectos del estrés que esos acontecimientos producen.
       Hay quien cree que controla la situación cuando en realidad sólo está habituándose al estrés.
       Una manera de soportar el estrés a corto plazo es negar que se padece.
      Otra, la adicción al trabajo, que consiste en una fijación y preocupación por el trabajo, más que en los resultados reales del mismo, y que permite a quien lo sufre desoír y/o justificar las protestas del organismo.
Otras soluciones a corto plazo son la cafeína, los cigarrillos, el alcohol, los tranquilizantes y muchos fármacos, con o sin receta.
Éstos causan otros problemas.
       La ansiedad es una emoción indeseable e injustificada cuya intensidad no es proporcional al posible peligro que la provoca.
Externamente se manifiesta mediante un estado de hiperexcitación nerviosa.
      Existen plantas medicinales capaces de aliviar la ansiedad y el estrés aportando relajación y equilibrio al sistema nervioso.
      Como tratamiento Fitoterapéutico para el estrés y la ansiedad se recomiendan:
- Plantas Adaptógenas - que aumentan la resistencia al estrés.
- Plantas Tónicas - Revitalizantes - que aumentan la energía vital con que enfrentarse a las situaciones estresantes.
- Plantas Relajantes y Equilibrantes del sistema nervioso - que van a modular la respuesta del organismo, haciéndola más suave.
Es recomendable seguir un tratamiento depurativo paralelo para favorecer la eliminación de residuos y desechos metabólicos generados durante el estrés.
      PLANTAS REVITALIZANTES
      Romero (Rosmarinus officinalis): es una excelente planta Tonificante, muy conveniente en el agotamiento por excesos intelectuales o físicos y en la fatiga crónica, en convalecencias y en ancianos. Tiene además  propiedades Antiespasmódicas y Diuréticas y, localmente, es Antirreumático, Antiséptico y Cicatrizante. La droga son las sumidades floridas.
      Menta (Mentha piperita): sus hojas y sumidades floridas constituyen la droga. Es una planta muy Tonificante. Además de Digestiva y Carminativa, Colerética, Antiséptica y Analgésica. En uso tópico alivia las neuralgias y los dolores reumáticos.
      Ajedrea (Satureja montana): su Aceite Esencial rico en timol y carvacrol - le confieren propiedades Estimulantes del sistema nervioso por lo que estaría indicada en casos de fatiga crónica, astenia, hipotensión y debilidad general. También es Carminativa y Espasmolítica, Diurética, Expectorante y Balsámica.
      Angélica (Angelica archangelica): es Sedante y Reequilibrante del sistema nervioso por su contenido en angelicina y a su contenido en felandreno, debe su acción Antiespasmódica y Estomáquica. Su acción Equilibradora del sistema nervioso es muy beneficiosa para personas con estrés, estudiantes en época de exámenes, convalecientes, etc.
      PLANTAS ADAPTÓGENAS
      Ginseng (Panax ginseng): la raíz de Ginseng constituye uno de los mejores Adaptógenos siempre que haya sido recolectada a partir de los 5 años, que es cuando la proporción de principios activos es ideal. Si ha sido recolectada antes de tiempo o se combina con excitantes como el Café o el Té, provoca nerviosismo e insomnio.
Tiene efectos Antidepresivos y Ansiolíticos y resulta conveniente en las enfermedades psicosomáticas y el estrés.
Es Inmunomodulador, Antioxidante,  Hepatoprotector, Anabolizante, Afrodisíaco y Antagonista de algunas sustancias depresoras por sus ginsenósidos, Emenagogo por sus fitoestrógenos, Hipoglucemiante, Hipolipemiante y Fibrinolítico. Es rico en Colina, Vitaminas B1, B2, B12, Ácido nicotínico, Ácido pantoténico y Biotina, microelrmentos como Cobre, Magnesio, Calcio, Manganeso, Aluminio, Sodio, Potasio y Hierro, y enzimas.
      El tratamiento con Ginseng en mujeres en edad fértil  no debe ser muy prolongado pues es Estrogénico.
      Eleuterococo (Eleuterococcus senticosus): la raíz de Eleuterococo actúa de manera similar a la de Ginseng. Es Adaptógena y Estimulante inespecífico de la actividad física e intelectual. Es también Inmunomodulador, aumentando la inmunidad humoral, Antioxidante, Anticoagulante e Hipoglucemiante suave.
      PLANTAS RELAJANTES Y EQUILIBRANTES
      Avena (Avena sativa): la parte utilizada es la paja y los granos. Además de vitaminas del grupo B, lecitinas, enzimas, minerales y diversos oligoelementos contiene un alcaloide: la avenina, responsable de su efecto Reequilibrante del sistema nervioso.
Resulta útil en casos de depresión, agotamiento físico y mental, convalecencias, afecciones digestivas, nerviosismo e insomnio. Conviene mucho a los deportistas y las madres
      lactantes.
      Espino blanco (Crataegus monogyna): tiene efecto Simpatolítico, es decir, Sedante del sistema nervioso simpático. Resulta de gran utilidad en personas que padecen de nerviosismo que se manifiesta por sensación de opresión en el pecho, dificultad para respirar, taquicardia, angustia o insomnio. Las flores y frutos del Espino blanco constituyen uno de los Ansiolíticos naturales más eficaces que se conocen.
Tiene también acción Carditónica y Antiarrítmica así como Reguladora de la presión arterial, Miorelajante, Antiespasmódico suave y Antioxidante.
      Azahar (Citrus aurantium): las flores del Naranjo se emplean como Sedantes y Antiespasmódicas. El Azahar da buenos resultados en casos de nerviosismo e irritabilidad y no presenta efectos secundarios ni adicción. Puede darse incluso a los niños como Relajante. Al provocar una suave sedación, favorece el sueño. Su acción Antiespasmódica puede ser empleada en todas aquellas dolencias debidas a espasmos como las jaquecas por espasmo de las arterias, los dolores de la menstruación (espasmos uterinos) o trastornos digestivos por espasmos del tracto digestivo, sean o no de origen nervioso.
      Lúpulo (Humulus lupulus): es Sedante e Inductor del sueño. Es también Tónico y Aperitivo (abre el apetito y prepara al estómago para recibir alimentos al aumentar la secreción gástrica).
Está indicado en casos de nerviosismo, insomnio y jaquecas de origen nervioso. El tratamiento con Lúpulo no debe ser muy prolongado ya que es Estrogénico y Antiandrogénico.
      Melisa (Melissa officinalis): está muy indicada en la depresión nerviosa y el estrés ya que posee una acción ligeramente Sedante y Reequilibrante del sistema nervioso. Es muy apreciada en medicina popular siendo útil en casos de ansiedad, hiperexcitación nerviosa, palpitaciones y dolores de cabeza de origen nervioso.
      Pasiflora (Passiflora incarnata): la droga son las hojas y las flores. Actúa como un Ansiolítico suave y es una planta muy recomendable para las personas sometidas a escontinuado aunque debe tenerse en cuenta que induce al sueño.
      Tilo (Tilia cordata, T. Platyphyllos): la flor del Tilo es muy efectiva en casos de inquietud, nerviosismo, angustia e insomnio. Sus efectos pueden tardar en manifestarse algunos días. Puede darse a los niños. Actúa eficazmente en casos de cefaleas por espasmos arteriales. La flor del Tilo es también Antiespasmódica y Vasodilatadora.
      Hierbaluisa (Lippia trphylla): está especialmente indicada en diferentes tipos de alteraciones nerviosas, sobre todo en casos de ansiedad, donde en ocasiones funciona mejor que los tranquilizantes sintéticos y con la ventaja de la ausencia de efectos indeseables e interacciones.
      Valeriana (Valeriana officinalis): la raíz de Valeriana produce una relajación del sistema nervioso central y vegetativo disminuyendo la ansiedad. Su toxicidad es muy baja y su mecanismo de acción es similar al de los fármacos tranquilizantes mayores. 
      Cava-cava o Kava-kava (Kawa-kawa): la raíz de Cava-Cava posee un efecto Depresor del sistema nervioso central, produce miorrelajación y es Anticonvulsionante.
Es ansiolítico natural y se emplea en las alteraciones del sistema neurovegetativo y en el tratamiento de las convulsiones.
      Amapola de California (Eschsoltzia californica): sus alcaloides tienen una estructura química similar a los de la Adormidera, por lo que su acción también es parecida aunque bastante más suave. Se emplea como Tranquilizante, Analgésico e Inductor suave del sueño.
      Lavanda (Lavandula officinalis): es Sedante y Reequilibrante del sistema nervioso central y vegetativo. Está indicada en todos los casos de enfermedad psicosomática, neurastenia, nerviosismo, mareos, desfallecimientos, palpitaciones, etc., de origen nervioso. 

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