LAS
ESPECTACULARES PROPIEDADES DE LOS ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3
No todas las grasas son iguales.
De
hecho, mientras unas pueden provocar problemas de sobrepeso y diversas
enfermedades cardiovasculares otras lo evitan. Nos referimos a los Omega-3,
ácidos grasos con múltiples efectos beneficiosos para nuestro organismo.
Hasta el punto de que no deberían faltar nunca en nuestra dieta.
Fue una investigación realizada en
Groenlandia hace tiempo la que puso de manifiesto las virtudes de los ácidos
grasos Omega-3.
Científicos daneses observaron que los esquimales de aquella
región del mundo presentaban una incidencia de muerte por problemas
cardiovasculares ocho veces menor que la de los esquimales que habían emigrado
a Dinamarca, hicieron comparaciones y hallaron que los primeros
tenían en sangre altos niveles de Omega-3 debido a su elevado consumo de
aceite de pescado y carne de animales marinos.
Empezaría así a
estudiarse seriamente la influencia positiva de los ácidos grasos Omega-3 en
la prevención de la arteriosclerosis y otras dolencias
coronarias. Al punto de que muchos expertos hablan ya de ellos como de un
“medicamento potente y singular” para cuidar el corazón, la sangre, las
articulaciones y hasta el cerebro.
LA IMPORTANCIA DE LAS GRASAS
Junto con las proteínas y los hidratos de
carbono, las grasas o lípidos completan la triada de nutrientes más
importantes para el organismo. Y su función es fundamental para la vida ya
que nos sirven como almacén de energía, nos protegen del frío,
constituyen las membranas celulares, son responsables de la elasticidad de la piel
y además intervienen en el normal desarrollo del sistema nervioso
central, en la regulación de la presión sanguínea, en los mecanismos de
defensa del sistema inmune, en las reacciones inflamatorias y en la acción de
determinadas hormonas. Grasas que están básicamente compuestas
por ácidos grasos - es decir, moléculas constituidas por una unión de
átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno - que, atendiendo al número de
dobles enlaces, pueden ser saturadas – cuando no contienen ninguno, como la
mantequilla, einsaturadas que, a su vez, se dividen en monoinsaturadas – cuando
tienen un solo enlace doble, como el aceite de oliva y
poliinsaturadas – los que tienen dos o más
dobles enlaces. Pues bien, a este último
tipo es al que pertenecen, entre otros, los ácidos grasos esenciales
Omega-3. Y se les llama esenciales porque nuestro organismo no los fabrica
y, por tanto, debemos ingerirlos con la alimentación.
Cabe añadir que el
principal ácido graso Omega-3 es el alfalinolénico - así como sus
metabolitos, el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA).
UNA DOSIS DE SALUD
Llegados a este punto hay que decir que
los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 están poco presentes en la dieta
occidental moderna y esa escasez es, en buena medida, la causa de múltiples
dolencias.
Porque, entre otras muchas cosas, reducen los niveles de
triglicéridos y de colesterol en sangre y bajan la tensión elevada.
Y tal
es la razón de que su consumo sea fundamental para aquellos individuos con
mayor riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, sea por su
condición genética (hipercolesterolemia familiar),
nutricional (obesidad) o patológica (diabetes).
Uno de sus metabolitos, el ácido
docosahexaenoico (DHA), está además directamente relacionado con la buena
salud cerebral así como con el desarrollo infantil.
De hecho, durante la
gestación el feto recibe de la madre importantes cantidades de este
ácido graso, especialmente en el último tercio del embarazo, etapa en la
que se desarrollan el cerebro y los órganos visuales.
Y si bien el
requerimiento disminuye después del parto pero sigue siendo importante
durante la lactancia.
De lo que se desprende que las mujeres embarazadas,
los recién nacidos y los lactantes son quienes más precisan un consumo
suficiente de los mismos.
POTENTE Y SINGULAR
El doctor Alexander Leaf - catedrático de
Medicina de la Universidad de Harvard (EEUU), afirma por su parte que
el aceite de pescado (importante fuente de Omega-3) influye también en la
actividad eléctrica y en la excitabilidad de las células del cerebro
y del corazón.
Una afirmación sustentada en un descubrimiento propio:
se requiere un estímulo eléctrico un 50% más potente para inducir arritmia
cardiaca en las células de un corazón que contiene altos niveles de
ácidos grasos Omega-3.
En otro estudio llevado a cabo en
Francia e Inglaterra en el que participaron 1.600 personas se observó
que quienes habían consumido ácidos grasos Omega-3 eran mucho menos
propensos a los infartos que los que no siguieron una dieta rica en ellos.
“Consumir Omega-3 – segura Leaf, parece brindar una rápida protección contra
los infartos”.
También se considera a estos ácidos el mejor
remedio natural para aliviar los síntomas de la artritis reumatoide ya
que reduce de forma rápida – en sólo tres o cuatro meses - el dolor, la
hinchazón y la rigidez provocadas por esta dolencia.
También especialmente prometedores son
los resultados de las investigaciones que se vienen llevando a
cabo sobre el uso de Omega-3 para tratar enfermedades inflamatorias del
intestino como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
A día de hoy
se ha constatado que los pacientes experimentaron notables
mejorías y, lo que es más importante, que no se produjeron recaídas.
Y no terminan ahí sus propiedades. De
hecho, son mucho más numerosas. Se las resumimos en el recuadro adjunto.
En suma, es tal la importancia de estos
ácidos grasos y tantas sus propiedades benéficas que los
especialistas recomiendan consumir productos que contengan Omega-3 al menos
tres veces por semana. Téngalo en cuenta, sobre todo si se encuentra entre la
población con mayor riesgo de sufrir algún tipo de accidente cardiovascular.
PRINCIPALES PROPIEDADES DE LOS OMEGA-3
- Reducen el riesgo de padecer
enfermedades cardiovasculares, previenen la formación de trombos y coágulos
sanguíneos y mejoran el tono vascular.
- Controlan el nivel en sangre del
colesterol y los triglicéridos.
- Ayudan a reducir la presión sanguínea,
sobre todo si se padece hipertensión.
Eso reduce el riesgo de
eventos cardíacos adversos.
- Regulan el ritmo cardiaco evitando
arritmias que pueden ser fatales.
- Son precursores de las prostaglandinas
que intervienen en la agregación plaquetaria impidiendo las trombosis y la
arteriosclerosis.
- Mantienen la flexibilidad de las
membranas celulares.
- Favorecen el perfecto desarrollo del
bebé antes y después del parto.
- Alivian del dolor y la rigidez en casos
de artritis reumatoide o de gota.
- Tienden a disminuir la inflamación, un
proceso que subyace en un amplio espectro de enfermedades como la
artritis, el asma, la colitis, la psoriasis e, incluso, las enfermedades arteriales.
- Mejoran la dermatitis seborreica
infantil.
- Protege a los fumadores de la
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
- Disminuyen la probabilidad de recaída
en la Enfermedad de Crohn (inflamación crónica del tracto
gastrointestinal).
- Favorecen la salud del sistema nervioso
y fortalecen el sistema inmune.
- Estimulan la secreción de elementos
químicos que influyen en la actividad eléctrica del corazón, tienen
un efecto calmante en el cerebro, suben el ánimo y aumentan la
concentración.
FUENTES NATURALES DE OMEGA-3
- La carne de los animales marinos.
- Los pescados grasos o azules: sardina,
boquerón, caballa, palometa, chicharro, atún, salmón, anchoa, anguila,
arenque, etc.
- El aceite de pescado y de mamíferos
marinos como focas o morsas.
-Mariscos como los mejillones, las ostras o
los berberechos.
- Frutos secos: especialmente las nueces,
avellanas y pipas de calabaza.
- Las semillas y aceites de soja,
calabaza, cáñamo, lino y germen de trigo.
- Las espinacas, el repollo, la lechuga y
el brécol.
- La leche materna es una buena fuente de
Omega-3 aunque se ha demostrado que la cantidad de DHA – uno de sus ácidos
constituyentes, decrece a partir del primer hijo.
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