Un enteógeno es una sustancia vegetal o preparado de sustancias vegetales que, cuando se ingiere, provoca un estado modificado de conciencia usado en un contexto principalmente religioso, ritualístico, chamánico. No descartando su uso recreacional o médico.
El término deriva de la lengua griega, en la que éntheos (ἔνθεος) significa "(que tiene a un) dios dentro", "inspirado por los dioses" y génos (γένος) quiere decir "origen, tiempo de nacimiento". El sustantivo "genos" pertenece al campo semántico del verbo gígnomai (γίγνομαι), que significa "llegar ser", "devenir". Por tanto, el significado etimológico de enteógeno alude a la posibilidad de llegar a ser inspirado por un dios, así como al "nacimiento" que esto supone. El adjetivo correspondiente usado en castellano es tanto enteogénico como enteógeno, no habiéndose decidido la RAE sobre la pertinencia de uno, de otro o de ambos.
La palabra enteógeno es un neologismo propuesto en un artículo publicado en Journal of Psychedelic Drugs, vol. II, núms. 1 y 2, enero-junio de 1979 y sus autores son el helenista Carl A. P. Ruck, J. Bigwood, J., D. Staples, el micólogo R.G. Wasson y el botánico Jonathan Ott. Dicho artículo fue recogido posteriormente en el libro El camino a Eleusis.
Según la Antropología y la Psicología, el enteógeno tiene efectos psicoactivos aptos para utilizarse en rituales shamánicos o similares.
La creación del neologismo obedece a la intención de los autores de desligar las plantas objeto de estudio de las connotaciones de los términos alucinógeno (considerado impreciso, peyorativo y completamente desconocedor de la cualidad de la experiencia con enteógenos y de su significación antropológica) y psicodélico (demasiado ligado a la Contracultura de los años 60). El sentido y la justificación del empleo del neologismo enteógeno es el contexto antropológico y tradicional de uso vinculado objetiva e históricamente con estas sustancias y preparados. De ahí la pretensión del término de definir y delimitar con precisión el objeto de estudio.
El término enteógeno se ha instalado en las teorías animistas de la religión, que pretenden dar cuenta con esta interpretación del origen de las religiones en el Paleolítico ya que acoge a la perfección la relevancia antropológica de tales usos tradicionales. Paralelamente a lo dicho el extensivo uso que la cultura "New age" hace del término enteógeno, un uso completamente desligado de los usos tradicionales apuntados, añade un creciente margen de ambigüedad al término al cargarlo crecientemente con la ideología "New age".
El estado facilitado por los enteógenos se caracteriza por modificaciones en la percepción sensible y en la interpretación y asimilación interior de dichas percepciones sensibles, en estados de ánimo cambiantes y en fluctuaciones en la evaluación de la propia identidad y del afuera. Así las modulaciones sensitivas se traducirán en cambios cualitativos en el orden perceptivo o en la visión y comprensión de hechos y situaciones pasadas o presentes. Lo dicho pone de manifiesto la pobreza de la noción de alucinación aplicada a estos estados ya que, en buena medida, la experiencia enteogénica, antes que a alucinaciones en un sentido grueso, aludirá a una asimilación anímica diferente y no ordinaria del orden sensorial. A menudo dicha experiencia se interpretará como acceso a niveles de conciencia y percepción generalmente velados, al despertar de la conciencia divina que yace en el interior de los seres humanos o al vuelo o viaje del alma por sus diversos estados y posibilidades. La significación sapiencial que muchas culturas tradicionales, y también pensadoras contemporáneas, han conferido a estas experiencias quedará justificada en esa visión modificada de la realidad en la que vendrían a desvelarse perspectivas latentes de la misma y ángulos no advertidos o desatendidos por la conciencia ordinaria. Algo análogo cabrá decir de la riqueza psicológica e introspectiva de una experiencia que liberaría áreas de la vida anímica de muy difícil acceso para nuestra conciencia ordinaria. La propia noción de enteógeno acogería pues una visión de lo real de múltiples posibilidades y completamente dependiente de los estados anímicos del perceptor de dicha realidad.
Al día de hoy los usos de muchas sustancias enteogénicas se encuentran afectadas por la legislación penal y los tratados internacionales sobre psicotrópicos. Con todo, sobre la base del reconocimiento de los derechos tradicionales y culturales de diversos grupos étnicos nativos y del reconocimiento de la libertad religiosa como excepción a la aplicación de la legislación penal, en ciertos casos, el reconocimiento legal y jurídico de usos rituales, sacramentales y religiosos de enteógenos es un hecho en países como Brasil, Perú, Ecuador o EEUU. Simultáneamente a lo dicho el interés creciente por estas sustancias y preparados desde un punto de vista científico, farmacológico y terapeútico ha abierto el debate sobre sus posibles usos en terapia y sobre una toxicidad, en muchos casos, limitada.
Plantas con propiedades enteógenas:
• Amanita muscaria
• Amanita
• Ayahuasca (Banisteriopsis caapi)
• Belladona (Atropa belladonna)
• Boletus manicus
• Brugmansia
• Cacto Antorcha Peruana (Echinopsis peruviana)
• Cactus de San Pedro (Echinopsis pachanoi)
• Camilla de elefante (Argyreia nervosa)
• Cannabis
• Datura
• Harmal (Peganum harmala)
• Heimia
• Ipomoea tricolor
• Kava kava (Piper methysticum)
• Maori Kava (Macropiper Excelsum)
• Nicotiana rustica
• Nymphaea caerulea
• Peyote (Lophophora williamsii)
• Psilocybe
• Raíz africana de sueño (Silene capensis)
• Rivea corymbosa
• Ska pastora (Salvia Divinorum)
• Tabernanthe iboga
• Vilca (Anadenanthera colubrina)
• Virola theiodora
• Yopo (Anadenanthera peregrina)
Enteógenos modernos:
• 2C-T-7
• 5-MeO-DMT
• Bufotenina (5-HO-DMT)
• DMT
• DPT
• DXM
• Harmalina
• Ibogaína
• LSA
• LSD
• MDMA
• Mescalina
• MiPT
• Psilocina (psilocibina)
• Salvinorin A
El término deriva de la lengua griega, en la que éntheos (ἔνθεος) significa "(que tiene a un) dios dentro", "inspirado por los dioses" y génos (γένος) quiere decir "origen, tiempo de nacimiento". El sustantivo "genos" pertenece al campo semántico del verbo gígnomai (γίγνομαι), que significa "llegar ser", "devenir". Por tanto, el significado etimológico de enteógeno alude a la posibilidad de llegar a ser inspirado por un dios, así como al "nacimiento" que esto supone. El adjetivo correspondiente usado en castellano es tanto enteogénico como enteógeno, no habiéndose decidido la RAE sobre la pertinencia de uno, de otro o de ambos.
La palabra enteógeno es un neologismo propuesto en un artículo publicado en Journal of Psychedelic Drugs, vol. II, núms. 1 y 2, enero-junio de 1979 y sus autores son el helenista Carl A. P. Ruck, J. Bigwood, J., D. Staples, el micólogo R.G. Wasson y el botánico Jonathan Ott. Dicho artículo fue recogido posteriormente en el libro El camino a Eleusis.
Según la Antropología y la Psicología, el enteógeno tiene efectos psicoactivos aptos para utilizarse en rituales shamánicos o similares.
La creación del neologismo obedece a la intención de los autores de desligar las plantas objeto de estudio de las connotaciones de los términos alucinógeno (considerado impreciso, peyorativo y completamente desconocedor de la cualidad de la experiencia con enteógenos y de su significación antropológica) y psicodélico (demasiado ligado a la Contracultura de los años 60). El sentido y la justificación del empleo del neologismo enteógeno es el contexto antropológico y tradicional de uso vinculado objetiva e históricamente con estas sustancias y preparados. De ahí la pretensión del término de definir y delimitar con precisión el objeto de estudio.
El término enteógeno se ha instalado en las teorías animistas de la religión, que pretenden dar cuenta con esta interpretación del origen de las religiones en el Paleolítico ya que acoge a la perfección la relevancia antropológica de tales usos tradicionales. Paralelamente a lo dicho el extensivo uso que la cultura "New age" hace del término enteógeno, un uso completamente desligado de los usos tradicionales apuntados, añade un creciente margen de ambigüedad al término al cargarlo crecientemente con la ideología "New age".
El estado facilitado por los enteógenos se caracteriza por modificaciones en la percepción sensible y en la interpretación y asimilación interior de dichas percepciones sensibles, en estados de ánimo cambiantes y en fluctuaciones en la evaluación de la propia identidad y del afuera. Así las modulaciones sensitivas se traducirán en cambios cualitativos en el orden perceptivo o en la visión y comprensión de hechos y situaciones pasadas o presentes. Lo dicho pone de manifiesto la pobreza de la noción de alucinación aplicada a estos estados ya que, en buena medida, la experiencia enteogénica, antes que a alucinaciones en un sentido grueso, aludirá a una asimilación anímica diferente y no ordinaria del orden sensorial. A menudo dicha experiencia se interpretará como acceso a niveles de conciencia y percepción generalmente velados, al despertar de la conciencia divina que yace en el interior de los seres humanos o al vuelo o viaje del alma por sus diversos estados y posibilidades. La significación sapiencial que muchas culturas tradicionales, y también pensadoras contemporáneas, han conferido a estas experiencias quedará justificada en esa visión modificada de la realidad en la que vendrían a desvelarse perspectivas latentes de la misma y ángulos no advertidos o desatendidos por la conciencia ordinaria. Algo análogo cabrá decir de la riqueza psicológica e introspectiva de una experiencia que liberaría áreas de la vida anímica de muy difícil acceso para nuestra conciencia ordinaria. La propia noción de enteógeno acogería pues una visión de lo real de múltiples posibilidades y completamente dependiente de los estados anímicos del perceptor de dicha realidad.
Al día de hoy los usos de muchas sustancias enteogénicas se encuentran afectadas por la legislación penal y los tratados internacionales sobre psicotrópicos. Con todo, sobre la base del reconocimiento de los derechos tradicionales y culturales de diversos grupos étnicos nativos y del reconocimiento de la libertad religiosa como excepción a la aplicación de la legislación penal, en ciertos casos, el reconocimiento legal y jurídico de usos rituales, sacramentales y religiosos de enteógenos es un hecho en países como Brasil, Perú, Ecuador o EEUU. Simultáneamente a lo dicho el interés creciente por estas sustancias y preparados desde un punto de vista científico, farmacológico y terapeútico ha abierto el debate sobre sus posibles usos en terapia y sobre una toxicidad, en muchos casos, limitada.
Plantas con propiedades enteógenas:
• Amanita muscaria
• Amanita
• Ayahuasca (Banisteriopsis caapi)
• Belladona (Atropa belladonna)
• Boletus manicus
• Brugmansia
• Cacto Antorcha Peruana (Echinopsis peruviana)
• Cactus de San Pedro (Echinopsis pachanoi)
• Camilla de elefante (Argyreia nervosa)
• Cannabis
• Datura
• Harmal (Peganum harmala)
• Heimia
• Ipomoea tricolor
• Kava kava (Piper methysticum)
• Maori Kava (Macropiper Excelsum)
• Nicotiana rustica
• Nymphaea caerulea
• Peyote (Lophophora williamsii)
• Psilocybe
• Raíz africana de sueño (Silene capensis)
• Rivea corymbosa
• Ska pastora (Salvia Divinorum)
• Tabernanthe iboga
• Vilca (Anadenanthera colubrina)
• Virola theiodora
• Yopo (Anadenanthera peregrina)
Enteógenos modernos:
• 2C-T-7
• 5-MeO-DMT
• Bufotenina (5-HO-DMT)
• DMT
• DPT
• DXM
• Harmalina
• Ibogaína
• LSA
• LSD
• MDMA
• Mescalina
• MiPT
• Psilocina (psilocibina)
• Salvinorin A
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FUENTES - Wikipedia, la enciclopedia libre
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