El PODER de la Aromaterapia es, también, el PODER de quienes saben aprovecharla...
PODER que nada tiene que ver con cuestiones ligadas a la autoridad o a la jerarquia...
Un PODER humilde y generoso como la NATURALEZA...
Además, la Aromaterapia permite al terapeuta complementar y potenciar efectos para lograr mas sinergia con otras Medicinas Naturales...

...veamos la atmósfera de otro color y los problemas desde otro punto de vista...

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06 septiembre 2009

Revistas - CUERPO ~ ALMA ~ ESPIRITU


Pasemos, pues ahora, a ocuparnos del hombre mismo, no de sus vehículos de conciencia, sino de la acción de la conciencia en ellos; no de los cuerpos, sino de la entidad que funciona en ellos...
Pues por "hombre" se quier esignif­car al individuo continuo que pasa de una vida a otra, que se manifiesta a través delos cuerpos y los vuelve a dejar una y otra vez... Que se desarrolla lentamente en el curso de las eda­des, que crece por la acumulación y asimilación de la experiencia, y que existe en su plano superior...
Según nos dice Santo Pablo, y en la teología cristiana se ha dividido al hombre en 3 partes: cuerpo, alma y espíritu. También los ocultistas adoptan esta división para su estudio. Más aquí nos inclinaremos por el estudio del 3, ya que es el mejor método para investigarlo esencialmente...
En realidad muy poca gente sabe la diferencia que existe entre el alma y el espíritu, ni conoce la natu­raleza y el papel que estos dos principios representan, ni los mundos en los cuales trabajan...
Las palabras siempre son limitaciones de la verdadera experiencia.
Al tratar conceptos tan sutiles y espirituales, como las palabras: alma, espíritu, ser, ego, yo superior e inferior, etc., el investigador de lo esotérico siempre encontrara “barreras verbales” que le obstaculizarán, al menos al principio, las grandes verdades que se hayan detrás del lenguaje escrito u oral.
La escritura así como las palabras, hay que utilizarlas como simples medios artificiales, todos ellos indicadores direccionales hacia una determinada dimensión mucho más amplia y veraz...
Vamos ahora a tratar, de analizar y profundizar en la medida de nuestras posibilidades, los aspectos: alma y espíritu, por separado, individualmente, de una for­ma más esotérica, más científica si cabe.
Dejando a un lado el cuerpo, ya que éste es bien conocido por todos.

EL ALMA - EL EGO

El alma aparece siempre como un intermediario, como un enlace entre mundo físico y el mundo del es­píritu...
El alma es el vehículo que transporta los elementos del cielo a la tierra y de la tierra al cielo.
Todo pasa por el alma.
Se podría decir que nuestra alma es un reflejo del espíritu en un plano inferior, el mental superior. Es como un reflector espiritual, que refleja en un plano el esplendor del espíritu. Se dice también, que el alma es un precioso espejo, ya que en él se puede vislumbrar la imagen más divina de nuestro verdadero ser, el espíritu. cuando decimos "que de­bemos hacer contacto con el alma", con nuestro “yo superior”, evidentemente nos es­tamos refiriendo a elevar nuestras conciencias a un punto más elevado, a un punto que está más allá de la simple conciencia física-instintiva, y más allá de nuestras emociones y deseos, y más allá de los pensamientos e ideas personales.
Hacer “contacto” con el alma o ego, es ir precisamente más allá de nuestra personalidad, más allá de nuestros cuerpos inferiores que la forman.
Por lo tanto nos estamos refiriendo, que debemos polarizarnos en el plano del alma, en los planos mental-superior y búdico.
Donde la verdad esencial, la luz más pura y el amor más intenso se manifiestan en un estado virginal.
Nuestra alma divina es nuestro yo superior.
Una parte de no­sotros mismos, una fracción de nuestro verdadero ser, o más bien un reflejo del mismo. Es pues nuestra meta más inmediata hacer contacto con nuestra alma. En ese estado espiritual las perturbaciones y oscilaciones de los tres mundos inferiores no nos afectan, no nos confunden ni nos aferran a la materia. Y por lo tanto el discípulo queda libre de la ilusión, y libre para manifestar todo el potencial divino que le es inherente como hijo de dios.
El ejemplo más vivo que tenemos, que refleje en todas sus dimensiones esta fantástica integración entre el hombre y su alma divina, la tenemos reflejada en la vida y obra del maestro Jesús. Él supo mejor que nadie, de­mostrar qué ocurre cuando el alma con todo su poder y gloria, se manifiesta en un hombre plenamente realizado. Jesús era la expresión humana y a la vez divina de la propia alma. Él vino a simbolizar, a través de su propia vida, lo que cada hombre debe hacer internamente; el nacimiento, el bautismo, la crucifixión; la transfiguración, etc...
Todo eso debe pasar el discípulo en su propia carne y en su propio espíritu.
Él vi­no para mostrar el camino.
Él era simbólicamente el alma del mundo.
Por esa razón dijo en los evangelios: "yo soy el camino que lleva al padre" "sólo a través de mí se llega al padre".
Efectivamente él lo dijo; sólo a través del alma se puede llegar al espíritu, al padre. Esa es nuestra primera empresa. También ha habido otros maestros espirituales que a lo largo de la historia (conocida y oculta), han dado el mismo ejemplo y el mismo mensaje, en formas diferentes, pero esencialmentela misma, dependiendo de la cultura y del tiempo en que nos situemos.
El alma debido a su posición central e intermedia entre lo superior y lo inferior contiene dentro de sí misma dos aspectos bien diferenciados, se puede decir que es dual, veamos: una está enfocada hacia arriba hacia el espíritu, y la otra está orientada hacia abajo, hacia la personalidad.
Simbólicamente, la podemos expresar como dos triángulos separados, pero a la vez unidos por el extremo inferior. Uno se manifiesta en el plano mental superior o abstracto, y el otro se expresa en el plano mental inferior o concreto.
Porlo tanto uno pertenece a la vida divina y la otra a la humana. Por esa razón a una se la denomina alma divina y a la otra alma humana. Una misma alma expresándose en dos formas diferentes, en dos niveles distintos.
El alma divina, no tiene apegos a la forma, vive libre e iluminada por el espíritu, es un cuerpo de luz, un reflejo del segundo principio divino; el amor.
Realmente el alma divina pertenece sin lugar a dudas al quinto reino, al reino divino. Es nuestra conciencia en un plano espiri­tual, y cuando hacemos contacto con ella, cuando nos identificamos plenamente, el hombre ha alcanzado la tercera iniciación, la transfiguración conocida por el cristianismo, y entonces nos ha­yamos libres de las ataduras de los tres mundos.
En ese momento expresamos perfec­tamente el principio crístico, el principio del amor divino.

1 comentario:

  1. Gracias por aclararme con este articulo muchas cosas que nadie lograba explicarme. Estoy en una constante busqueda de la Verdad y es la primera vez que leo algo que encierra lo que muchos sectarizan . Gracias. Liliana. San Nicolas Bs As.

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