Desarrollo de una sesión de Masajes
Una sesión de masajes completos se desarrolla en aproximadamente una hora, abarcando absolutamente todo el cuerpo, y uno de los aspectos que considero importantes antes del comienzo, es brindarle a la persona que los va a recibir un ambiente adecuado donde se encuentre a gusto.
Temperatura agradable, música suave de fondo, aromas, una camilla cómoda y la eliminación de ruidos molestos, me permiten que el paciente se encuentre receptivo al bienestar que le brindarán los masajes.
Cuando el paciente ya está recostado en la camilla comienzo a medir y verificar qué centros energéticos tiene bloqueados o funcionan débilmente, y así comienza el trabajo equilibrado y poniendo en sintonía esos centros energéticos lo cual le va a permitir relajarse cada vez más. Esto sucede porque la vibración del sonido tan agradable que producen las esferas es armonizante y al movilizarlas en el cuerpo, va penetrando hasta lo más profundo del organismo, vehiculizado y amplificado por la cantidad de agua, casi el 75%, que tenemos, y de esta manera el sonido curativo va llegando a cada una de nuestras células. Al mismo tiempo que esto sucede, el movimiento con las esferas en sí mismo, focalizado en los sectores del cuerpo más contracturados también va permitiendo que dichas contracturas cedan, se ablanden y los bloqueos energéticos desaparezcan.
Todo este bienestar va en aumento cuando llegamos con el masaje a las manos y a los pies, dado que en ambos son la zona refleja de todo nuestro cuerpo, tanto de órganos como de columna y de todo nuestro sistema glandular. Al detenernos justamente en estos miembros, no solo los relajamos, sino que permitimos que esas glándulas que estimulamos funcionen óptimamente, produzcan y liberen mayor cantidad de endorfinas, que son las hormonas del bienestar, del humor y el rejuvenecimiento.
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