Cuando los males se hacen crónicos sobre la dicha zona, hay que revisar el entorno y buscar la fuente emocional de nuestros problemas:
~ Secretismo innecesario, sobre todo cuando se quiere aparentar lo que no se es.
~ Conformismo con lo que se tiene y envidia a lo que tienen o pueden hacer los demás.
~ Frustraciones en la paternidad o en la maternidad.
~ Tener premoniciones de mal agüero, o ver el futuro caótico y negro.
~ Evitar enfrentar las situaciones, incluso las más comunes y corrientes, como llamar por teléfono, pedir una información, etc.
~ Evadir la realidad, esconderse en el propio caparazón.
~ Obsesionarse con la alimentación, el peso, la talla y, en fin, todo lo que tenga que ver con la conformación física.
~ Alegrarse más por los fracasos ajenos que por los triunfos propios.
~ Tener mas a la competencia externa que a la propia incompetencia interna.
~ Creer que la astucia consiste en engañar a los demás, en aprovecharse de las situaciones y en medrar.
~ Autoengañarse con ilusiones que se saben completamente falsas.
~ Creer que no se puede afrontar la propia independencia. Falta de voluntad, inseguridad personal, miedo a la vida y a la realidad.
SOLUCIÓN
Atacar el problema emocional sin dilaciones y perfumar el ambiente con aromas tropicales…
De Benjuí, Canela, Clavo, Ilang Ilang, Jazmín, Mirra, Pachulí, Sándalo, Vainilla…
De Almendras, Anana, Café, Chocolate, Coco, Durazno, Melón…
De Gardenia, Loto, Magnolia, Madreselva, Nardo, Orquídea, Tabaco…
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